A Solemn Anniversary | Un Aniversario Solemne

Saturday of the 23rd Week in Ordinary Time
1 Timothy 1:15-17; Luke 6:43-49

Today we observed a solemn and troubling anniversary. 20 years ago, four commercial airliners were hijacked by terrorists. Two crashed into the Twin Towers of the World Trade Center in New York City, which eventually collapsed. One crashed into the Pentagon near Washington, DC. The other, diverted by the courageous actions of some passengers, crashed in a field near Shanksville, PA.

The attacks of 9-11 led to the invasions and long wars in Afghanistan and Iraq that eventually cost hundreds of thousands of lives and trillions of dollars. All in the name of peace, security, and freedom.

Are our country and world more peaceful, secure, and free than they were 20 years ago?

Political pundits and strategic analysts will be evaluating our responses to the outrages and tragedies of 9-11 for years. At a minimum, those responses reveal the limits of national hubris and violence.

Superpowers and empires come and go. The love and compassion of the Lord endure. The need to examine our hearts and the kinds of fruit we are bearing is timeless. - jc

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Sábado de la 23ª semana del tiempo ordinario
1 Timoteo 1,15-17; Lucas 6,43-49

Hoy observamos un aniversario solemne y preocupante. Hace 20 años, cuatro aviones comerciales fueron secuestrados por terroristas. Dos se estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, que acabaron derrumbándose. Uno se estrelló contra el Pentágono, cerca de Washington, DC. El otro, desviado por las valientes acciones de algunos pasajeros, se estrelló en un campo cerca de Shanksville, PA.

Los atentados del 11-S condujeron a las invasiones y a las largas guerras de Afganistán e Irak que acabaron costando cientos de miles de vidas y billones de dólares. Todo en nombre de la paz, la seguridad y la libertad.

¿Son nuestro país y el mundo más pacíficos, seguros y libres que hace 20 años?

Los expertos políticos y los analistas estratégicos evaluarán durante años nuestras respuestas a los ultrajes y tragedias del 11-S. Como mínimo, esas respuestas revelan los límites de la arrogancia y la violencia nacionales.

Las superpotencias y los imperios van y vienen. El amor y la compasión del Señor perduran. La necesidad de examinar nuestros corazones y el tipo de fruto que damos es eterna. - jc