A Universal Law | Una Ley Universal

St. Lawrence, Deacon

2 Corinthians 9:1-10; John 12:24-26

Today is the third anniversary of my dad’s death. When I visited his grave at St. Adalbert Cemetery in Milwaukee this past Fathers’ Day, I could see the dome of the beautiful Basilica of St. Josaphat a couple on the near horizon. Dad would appreciate the view.  

One of Dad’s favorite sayings was, “If you’re going to play, you’ve got to pay.” When we were college students, that was his frequent comment the mornings when we were feeling the effects of having been out the night before. A headache and a mouth that felt full of cotton had a way of making those words a little more real.

Dad’s lesson was a universal one: our actions have consequences. While there are exceptions, we usually get out of life what we put into it. Today’s readings present us with two variations of this lesson. St. Paul reminds us: “Whoever sows sparingly will also reap sparingly, and whoever sows bountifully will also reap bountifully.” In addition, “God loves a cheerful giver.”

Jesus takes it a step further: It is only when a grain of wheat falls to the earth and dies that it bears much fruit. That, he says, is what it means to follow him. It is the ultimate form of sowing, and it leads to a harvest beyond our imaginations. 

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San Lorenzo, Diácono

2 Corintios 9:1-10; Juan 12:24-26

Hoy es el tercer aniversario de la muerte de mi padre. Cuando visité su tumba en el cementerio de St. Adalbert en Milwaukee el pasado día del padre, pude ver la cúpula de la hermosa basílica de St. Josaphat una pareja en el horizonte cercano. Papá apreciaría la vista.  

Uno de los dichos favoritos de papá era: "Si vas a jugar, tienes que pagar". Cuando éramos estudiantes universitarios, ese era su comentario frecuente las mañanas cuando sentíamos los efectos de haber salido la noche anterior. Un dolor de cabeza y una boca que se sentía llena de algodón tenía una forma de hacer esas palabras un poco más reales.

La lección de papá era universal: nuestras acciones tienen consecuencias. Aunque hay excepciones, normalmente sacamos de la vida lo que ponemos en ella. Las lecturas de hoy nos presentan dos variaciones de esta lección. San Pablo nos recuerda: "Quien siembra con moderación, también cosechará con moderación, y quien siembra con abundancia, también cosechará con abundancia". Además, "Dios ama a un dador alegre".

Jesús lo lleva un paso más allá: Sólo cuando un grano de trigo cae a la tierra y muere, da mucho fruto. Eso, dice, es lo que significa seguirlo. Es la última forma de sembrar, y nos lleva a una cosecha más allá de nuestra imaginación. 

- Capuchin Friar John Celichowski