Accountability | Responsabilidad

Mary Mother of the Church
Genesis 3:9-15, 20; John 19:25-34

Today’s readings present a contrast between passing blame and accepting responsibility. 

It’s said that success has 1000 parents while failure is an orphan. In Team of Rivals, Doris Kearns Goodwin’s biography of President Abraham Lincoln and the men of his administration, General McLellan of the Union Army is pictured as a man who often took credit for others’ successes and blamed others for his failures as a leader and military strategist. In our first reading, neither Adam nor Eve want to take responsibility for their disobedience to God. Adam blames Eve, and Eve blames the serpent. God holds all of them accountable.

In our gospel reading, by contrast, a dying Jesus commends the care of his mother to his beloved disciple, and “from that hour” the disciple takes Mary into his home. Jesus also commends the disciple to Mary. From that hour, he will be her son. As the spiritual descendants of that disciple, we are also blessed to have Mary as our mother.  Throughout the centuries, through many apparitions from Tepeyac in Mexico to Knock in Ireland, from Lourdes in France to Kibeho in Rwanda, she remains present and attentive to her children.

Mary Mother of the Church, pray for us!

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María Madre de la Iglesia
Génesis 3:9-15, 20; Juan 19:25-34

Las lecturas de hoy presentan un contraste entre pasar la culpa y aceptar la responsabilidad.

Se dice que el éxito tiene 1000 padres mientras que el fracaso es huérfano. En Equipo de Rivales, la biografía de Doris Kearns Goodwin sobre el Presidente Abraham Lincoln y los hombres de su administración, se describe al general McLellan del ejército de la Unión como un hombre que a menudo se atribuía el mérito de los éxitos de los demás y culpaba a otros de sus fracasos como líder y estratega militar. En nuestra primera lectura, ni Adán ni Eva quieren asumir la responsabilidad de su desobediencia a Dios. Adán culpa a Eva, y Eva a la serpiente. Dios los responsabiliza a todos.

En nuestra lectura del Evangelio, por el contrario, un Jesús moribundo encomienda el cuidado de su madre a su discípulo amado, y "desde aquella hora" el discípulo acoge a María en su casa. Jesús también encomienda al discípulo a María. Desde esa hora, será su hijo. Como descendientes espirituales de ese discípulo, también nosotros tenemos la bendición de tener a María como madre.  A lo largo de los siglos, a través de muchas apariciones, desde el Tepeyac en México hasta Knock en Irlanda, desde Lourdes en Francia hasta Kibeho en Ruanda, ella permanece presente y atenta a sus hijos.

María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.