Anger | Ira

Thursday of the 10th Week in Ordinary Time
2 Corinthians 3:15-4:1, 3-6; Matthew 5:20-26

We rely on electricity to power a host appliances and devices that enhance our lives. But if an electrical service is not properly grounded, it can injure or kill someone. We rely on gasoline to keep our vehicles and many tools operating, but it can also be used to commit arson and destroy. The sun gives us light and heat, but too much sun can also harm or kill us.

Anger is a form of energy, like electricity, gasoline, and the sun. It is a natural and sometimes useful emotion. It marks the stirrings of protest against the people and situations that distress us. It moves a toddler to throw a tantrum when denied a toy or treat in the store. It motivates people to protest against what they believe are injustices and outrages. Anger can also cause us to examine ourselves and make the changes we need to make in our lives: lose weight, quit smoking, look for a new job or career, or end a toxic relationship.

But like other forms of energy, if our anger is not properly governed and directed, it can destroy us and others. Jesus admonishes us in the Sermon on the Mount to be vigilant and prepared to check our anger, forgive, and be reconciled. St. Paul similarly warns us: “If you are angry, let it be without sin. The sun must not go down on your wrath; do not give the devil a chance to work on you” (Ephesians 4:26-27).

A little anger goes a long way. We need to be careful it doesn’t go too far. - jc 

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Jueves de la 10ª semana del tiempo ordinario
2 Corintios 3,15-4,1, 3-6; Mateo 5,20-26

Dependemos de la electricidad para alimentar una gran cantidad de aparatos y dispositivos que mejoran nuestra vida. Pero si un servicio eléctrico no está bien conectado a tierra, puede herir o matar a alguien. Dependemos de la gasolina para mantener en funcionamiento nuestros vehículos y muchas herramientas, pero también puede utilizarse para provocar incendios y destruir. El sol nos da luz y calor, pero demasiado sol también puede dañarnos o matarnos.

La ira es una forma de energía, como la electricidad, la gasolina y el sol. Es una emoción natural y a veces útil. Marca los movimientos de protesta contra las personas y las situaciones que nos angustian. Hace que un niño pequeño tenga una rabieta cuando se le niega un juguete o una golosina en la tienda. Motiva a las personas a protestar contra lo que creen que son injusticias y atropellos. La ira también puede hacer que nos examinemos a nosotros mismos y hagamos los cambios que necesitamos en nuestras vidas: perder peso, dejar de fumar, buscar un nuevo trabajo o carrera, o terminar una relación tóxica.

Pero, al igual que otras formas de energía, si nuestra ira no está bien gobernada y dirigida, puede destruirnos a nosotros y a los demás. Jesús nos advierte en el Sermón de la Montaña que estemos atentos y preparados para controlar nuestra ira, perdonar y reconciliarnos. San Pablo también nos advierte: "Si te enfadas, que sea sin pecado. Que no se ponga el sol sobre tu ira; no le des al diablo la oportunidad de actuar sobre ti" (Efesios 4:26-27).

Un poco de ira da para mucho. Tenemos que tener cuidado de que no vaya demasiado lejos. - jc