Conversion | Conversión

St. Monica
1 Thessalonians 4:1-8; Matthew 25:1-13

I recently heard a podcast in which the guests discussed the most effective ways to convince people who are “vaccine hesitant” (as opposed to “anti-vax”) to get inoculated against Covid-19. The least effective ways, these guests argued, were hectoring, shaming, or mandating vaccinations or proof of them to participate in various activities.  Perhaps not surprisingly, the most effective ways offered were personal testimonies, education, and conversations with trusted people like one’s personal physician, pastor, or a family member.

Evangelization works much the same way. People don’t want to be blamed, shamed, or threatened into a relationship with Jesus and, God willing, with his church. They need to be shown the difference that those relationships have made in the lives of believers and members, especially those closest to them. In the spirit of today’s gospel passage, they need to be shown why buying the oil for one’s lamp ahead of time will help them be ready for the times when the darkness comes, or the bridegroom is delayed in coming. They can have the light needed to make it through.

St. Monica spend years seeking the conversion of her son, Augustine. He testifies in his Confessions how doggedly and literally she pursued him with love, prayer, tears, and especially the example of her holy life. The church was blessed because of her persistence. Her son overcame his hesitancy and became a Christian and eventually a bishop, saint, and Doctor of the Church. - jc 

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Santa Mónica
1 Tesalonicenses 4:1-8; Mateo 25:1-13

Hace poco escuché un podcast en el que los invitados discutían sobre las formas más efectivas de convencer a las personas que son "reticentes a las vacunas" (en contraposición a los "antivacunas") para que se vacunen contra la Covid-19. Las formas menos efectivas, argumentaban estos invitados, eran la instigación, la vergüenza o la imposición de vacunas o pruebas de las mismas para participar en diversas actividades. Tal vez no sea sorprendente que las formas más efectivas ofrecidas fueran los testimonios personales, la educación y las conversaciones con personas de confianza como el médico personal, el pastor o un familiar.

La evangelización funciona de forma muy parecida. La gente no quiere que la culpen, la avergüencen o la amenacen para que se relacione con Jesús y, si Dios quiere, con su iglesia. Necesitan que se les muestre la diferencia que esas relaciones han marcado en la vida de los creyentes y de los miembros, especialmente de los más cercanos. En el espíritu del pasaje del Evangelio de hoy, hay que mostrarles por qué comprar el aceite para la lámpara con antelación les ayudará a estar preparados para los momentos en los que llegue la oscuridad, o el novio se retrase en venir. Podrán tener la luz necesaria para salir adelante.

Santa Mónica pasó años buscando la conversión de su hijo, Agustín. Él atestigua en sus Confesiones cómo ella lo persiguió tenaz y literalmente con amor, oración, lágrimas y, sobre todo, con el ejemplo de su vida santa. La Iglesia fue bendecida por su persistencia. Su hijo superó sus dudas y se convirtió en cristiano y, finalmente, en obispo, santo y doctor de la Iglesia. - jc