Faith and the Holy Spirit | Fe y Espíritu Santo

St. Hedwig
Romans 4:13, 16-18; Luke 12:8-12

Today is a great day for the Province of St. Joseph, the Capuchin Order, and the Church. Bros. Truyen Nguyen, Thomas Skowron, Peter Chinnappan, and Antony Julius Milton are being ordained transitional deacons at St. Francis of Assisi Parish in Milwaukee. The diaconate is one expression of the Sacrament of Holy Orders, a sacrament of service to God’s people inside and outside the church.

I still have vivid memories of my diaconate ordination 28 years ago at what was then Our Lady Gate of Heaven Parish in Chicago. As I knelt before Bishop (now Cardinal) Wilton Gregory and held the Book of the Gospels, he admonished me: “Believe what you read, teach what you believe, and (wagging his finger at me like a big brother) practice what you preach.”

My efforts (especially my struggles and failures) to fulfill those words have reminded me of the absolute need for the two gifts presented to us in today’s scripture readings. The first is the gift of faith. Throughout his Letter to the Romans, St. Paul emphasizes that faith opens our hearts to receive the transforming grace that we need to be brought into right relationship with God, to become more like Christ, and to fulfill our vocations. The second is the gift of the Holy Spirit, which Jesus promised to give his disciples, and which would be always available to them, especially in moments of truth and times of trial.

We pray for our brothers, Julius, Peter, Thomas and Truyen. May the good work that God has begun in them be brought to completion and bear fruit in their ministry as deacons. - jc

----------------------------------------------------------------------------------------

Santa Eduviges
Romanos 4:13, 16-18; Lucas 12:8-12

Hoy es un gran día para la Provincia de San José, la Orden Capuchina, y la Iglesia. Los hermanos Truyen Nguyen, Thomas Skowron, Peter Chinnappan y Antony Julius Milton serán ordenados diáconos transitorios en la parroquia de San Francisco de Asís en Milwaukee. El diaconado es una de las expresiones del Sacramento del Orden, un sacramento de servicio al pueblo de Dios dentro y fuera de la Iglesia.

Todavía tengo recuerdos vívidos de mi ordenación diaconal hace 28 años en lo que entonces era la Parroquia de Nuestra Señora Puerta del Cielo en Chicago. Mientras me arrodillaba ante el Obispo (ahora Cardenal) Wilton Gregory y sostenía el Libro de los Evangelios, me amonestó: "Cree lo que lees, enseña lo que crees, y (señalándome con el dedo como un hermano mayor) practica lo que predicas".

Mis esfuerzos (especialmente mis luchas y fracasos) por cumplir esas palabras me han recordado la absoluta necesidad de los dos dones que nos presentan las lecturas de la Escritura de hoy. El primero es el don de la fe. A lo largo de su Carta a los Romanos, San Pablo subraya que la fe abre nuestros corazones para recibir la gracia transformadora que necesitamos para entrar en una relación correcta con Dios, para parecernos más a Cristo y para cumplir con nuestras vocaciones. La segunda es el don del Espíritu Santo, que Jesús prometió dar a sus discípulos, y que estaría siempre disponible para ellos, especialmente en los momentos de verdad y de prueba.

Rezamos por nuestros hermanos Julio, Pedro, Tomás y Truyen. Que la buena obra que Dios ha comenzado en ellos llegue a su fin y dé frutos en su ministerio como diáconos. - jc