First Witness | El Primer Testigo

St. Mary Magdalene

Song of Songs 3:1-46; John 20:1-2, 11-18

When it comes to St. Mary Magdalene, it can be hard to separate what we know from speculation, rumor, and innuendo. Popular and religious misconceptions or outright distortions have led to her depiction as a “fallen woman,” a prostitute, the lover or even the secret wife of Jesus.  

The testimony of the gospels is different. Freed from power of seven devils that had afflicted her, she was considered a disciple of Jesus and counted among an important group of women who followed him and supported his ministry.  

There is no doubt that she had a deep love for the Lord. She was in anguish when she saw him die, and she was still deep in mourning when she discovered the empty tomb. It was Mary Magdalene, a woman, who was commissioned by Jesus to announce his resurrection to the other disciples. She was the first witness of the risen Christ.  

This is especially important for us to remember in the Church as well as the broader society. #MeToo is not only a sign of the prevalence of the sins and crimes of sexual assault and harassment. It is also a call for us to address the more general marginalization of women and their contributions in the Church and elsewhere.

When Mary Magdalene searched for the Lord, she did not have to travel far. Jesus found her. We pray for the grace of that same desire and that the Lord may find us, too.

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Santa María Magdalena

Cantar de los Cantares 3:1-46; Juan 20:1-2, 11-18

Cuando se trata de Santa María Magdalena, puede ser difícil separar lo que sabemos de la especulación, los rumores y las insinuaciones. Las ideas populares y religiosas erróneas o las distorsiones directas han llevado a su descripción como una "mujer caída", una prostituta, la amante o incluso la esposa secreta de Jesús. 

El testimonio de los evangelios es diferente. Liberada del poder de siete demonios que la habían afligido, fue considerada una discípula de Jesús y contó entre un importante grupo de mujeres que lo siguieron y apoyaron su ministerio.  

No hay duda de que tenía un profundo amor por el Señor. Estaba angustiada cuando lo vio morir, y aún estaba de luto cuando descubrió la tumba vacía. Era María Magdalena, una mujer, a la que Jesús le encargó que anunciara su resurrección a los demás discípulos. Ella fue el primer testigo de Cristo resucitado.  

Esto es especialmente importante para que lo recordemos en la Iglesia y en la sociedad en general. #MeToo no es sólo un signo de la prevalencia de los pecados y crímenes de asalto y acoso sexual. Es también un llamado para que abordemos la marginación más general de las mujeres y sus contribuciones en la Iglesia y en otros lugares.

Cuando María Magdalena buscó al Señor, no tuvo que viajar muy lejos. Jesús la encontró. Rezamos por la gracia de ese mismo deseo y que el Señor nos encuentre a nosotros también. 

- Capuchin Friar John Celichowski, OFM Cap.