Flames That Last | Llamas que Duran

2 Timothy 1:1-3, 6-12; Mark 12:18-27

Across the country, our streets are in flames. When those flames are extinguished, when the smoldering rubble is finally hauled away, what then? Will anything change? Will our nation and our communities grow stronger?

That depends on the flames within us. Over the past week, they have flared in many ways and in many directions. What will happened when they cool from exhaustion, distraction, oppression, disillusionment, or indifference?  

Will we stir the embers within us? Will the Spirit that was ignited in us at baptism be enkindled with the courage to confront what we would rather avoid, the love to heal our wounds, the power to build the beloved community, the self-control to do all of this in a deliberate and sustained way, and trust in a God who is God of the living, not the dead? 

St. Charles Lwanga and Companions, martyrs of fidelity to the gospel in the flames of cruelty, injustice, and violence, pray for us.

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2 Timoteo 1:1-3, 6-12; Marcos 12:18-27

En todo el país, nuestras calles están en llamas. Cuando esas llamas se apagan, cuando los escombros ardientes son finalmente retirados, ¿qué pasa entonces? ¿Cambiará algo? ¿Se fortalecerán nuestra nación y nuestras comunidades?

Eso depende de las llamas dentro de nosotros. Durante la última semana, se han encendido de muchas maneras y en muchas direcciones. ¿Qué pasará cuando se enfríen del agotamiento, la distracción, la opresión, la desilusión o la indiferencia? 

¿Agitaremos las brasas dentro de nosotros? ¿Se encenderá el Espíritu que se encendió en nosotros en el bautismo con el coraje de enfrentar lo que preferiríamos evitar, el amor para sanar nuestras heridas, el poder para construir la comunidad amada, el autocontrol para hacer todo esto de manera deliberada y sostenida, y la confianza en un Dios que es Dios de los vivos, no de los muertos?  

San Carlos Lwanga y Compañeros, mártires de la fidelidad al evangelio en las llamas de la crueldad, la injusticia y la violencia, rezan por nosotros. 

- Capuchin Friar John Celichowski