Formed for a Destiny | Formado para un Destino

The Nativity of the Blessed Virgin Mary

Romans 8:28-30; Matthew 1:18-23

In his book Silent Compassion, Fr. Richard Rohr, OFM gives an extended reflection on the attitude and practice of contemplation. As part of that reflection, he urges the reader to consider the path from our thoughts to our destinies. He paraphrases the Chinese philosopher Lao Tzu, who said:

Watch your thoughts, they become your words; watch your words, they become your actions; watch your actions, they become your habits; watch your habits, they become your character; watch your character, it becomes your destiny.

But before all of that, God forms us. Speaking to God, the author of Psalm 139 says: 

You formed my innermost being; 

            you knit me together in my mother’s womb.  

I praise you, because I am wonderfully made;

            wonderful are your works!

My very self you know….

Your eyes saw me unformed;

            in your book all are written down;

            my days were all shaped, 

before one came to be (139: 13-14, 16).

God formed and consecrated Mary for a purpose, and God has done the same for each of us. A central task of our lives is to discern, claim, and realize that purpose. Mary, our Most Blessed Mother, pray for us!

***

 

La Natividad de la Santísima Virgen María

Romanos 8:28-30; Mateo 1:18-23

En su libro Compasión silenciosa, el P. Richard Rohr, OFM da una amplia reflexión sobre la actitud y la práctica de la contemplación. Como parte de esa reflexión, insta al lector a considerar el camino de nuestros pensamientos a nuestros destinos. Parafrasea al filósofo chino Lao Tzu, quien dijo:

Cuida tus pensamientos, se convierten en tus palabras; 

cuida tus palabras, se convierten en tus acciones; 

cuida tus acciones, se convierten en tus hábitos; 

cuida tus hábitos, se convierten en tu carácter; 

cuida tu carácter, se convierte en tu destino.

Pero antes de todo eso, Dios nos forma.  Hablando con Dios, el autor del Salmo 139 dice: 

Tú formaste mi ser más íntimo; 

            me has unido en el vientre de mi madre.  

Te alabo, porque estoy maravillosamente hecho;

            ¡maravillosas son tus obras!

Mi mismo ser, ya sabes...

Tus ojos me vieron sin formar;

            en tu libro todo está escrito;

            mis días estaban todos formados, 

antes de que se produjera uno (139: 13-14, 16).

Dios formó y consagró a María con un propósito, y Dios ha hecho lo mismo con cada uno de nosotros. Una tarea central de nuestras vidas es discernir, reclamar y realizar ese propósito. María, nuestra Santísima Madre, ruega por nosotros!

- Capuchin Friar John Celichowski