It Pays Off | Vale la Pena

3 John 5-8; Luke 18:1-8

“Persistence pays off.” That was one of the many aphorisms that my parents, grandparents, and teachers handed on to me as a child. Failure hurt. Achievement felt good. Both had lessons to teach.  

Persistence helped me to compensate for my lack of brilliance in the classroom and lack of natural speed on the track. It helped me to always find and keep a job, even in times of recession. 

But persistence has its limits. It could never make me into a world class runner or make me the kind of law student who could get a judicial clerkship. Persistent prayer has never given me everything I’ve wanted, expected, or hoped for.  

Persistence, especially in prayer, won’t always change my circumstances. But it can always change me. It can help clarify my wants and needs, my motivations and acceptance of God’s will. Persistence pays off, and sometimes in wonderful and unexpected ways. 

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3 Juan 5-8; Lucas 18:1-8

"La persistencia vale la pena". Ese fue uno de los muchos aforismos que mis padres, abuelos y maestros me transmitieron cuando era niño. El fracaso duele. El logro se sentía bien. Ambos tenían lecciones que enseñar.  

La persistencia me ayudó a compensar mi falta de brillantez en el aula y la falta de velocidad natural en la pista. Me ayudó a encontrar y mantener siempre un trabajo, incluso en tiempos de recesión. 

Pero la persistencia tiene sus límites. Nunca pudo convertirme en un corredor de clase mundial o en el tipo de estudiante de derecho que podría conseguir una pasantía judicial.  

La oración persistente nunca me ha dado todo lo que he querido, esperado o anhelado.  

La persistencia, especialmente en la oración, no siempre cambiará mis circunstancias.  

Pero siempre puede cambiarme a mí. Puede ayudar a clarificar mis deseos y necesidades, mis motivaciones y la aceptación de la voluntad de Dios. La persistencia vale la pena, y a veces de maneras maravillosas e inesperadas. 

 - Capuchin Friar John Celichowski, OFM Cap.