Making Hay | Haciendo Heno

Monday of the 11th Week in Ordinary Time
2 Corinthians 6:1-10; Matthew 5:38-42

An old saying advises, “Make hay while the sun shines.” Wet hay becomes moldy hay. A poor hay crop can force a farmer to buy hay to feed his animals, and such added expenses can make the difference between a good year and a bad year on the farm. We need to make good use of the time that God gives us.

St. Paul urged the church in Corinth “not to receive the grace of God in vain.” The length of our lives is not totally up to us. Unused grace is wasted grace. Time is of the essence: “Now is an acceptable time, now is the day of salvation.”

God’s grace can be manifested in paradoxical ways. What Jesus describes in today’s gospel are things that we can find difficult: turning the other cheek, giving someone the shirt off our back, and going the extra mile. Our culture often encourages us to do the opposite: strike back with greater violence, accumulate as much as we can for ourselves, and doing the minimum while expecting or feeling entitled to the maximum return.

Living the Sermon on the Mount doesn’t make sense…until we look to the cross, our sign of grace and salvation. - jc

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Lunes de la 11ª semana del tiempo ordinario
2 Corintios 6,1-10; Mateo 5,38-42

Un viejo refrán aconseja: "Haz heno mientras brilla el sol". El heno húmedo se convierte en heno mohoso. Una mala cosecha de heno puede obligar al agricultor a comprar heno para alimentar a sus animales, y esos gastos añadidos pueden marcar la diferencia entre un buen año y un mal año en la granja. Tenemos que aprovechar el tiempo que Dios nos da.

San Pablo instó a la iglesia de Corinto a "no recibir la gracia de Dios en vano". La duración de nuestra vida no depende totalmente de nosotros.  La gracia no utilizada es una gracia desperdiciada. El tiempo es esencial: "Ahora es el momento oportuno, ahora es el día de la salvación".

La gracia de Dios puede manifestarse de forma paradójica. Lo que Jesús describe en el evangelio de hoy son cosas que nos pueden resultar difíciles: poner la otra mejilla, dar a alguien la camisa de nuestra espalda y hacer un esfuerzo adicional. Nuestra cultura a menudo nos anima a hacer lo contrario: devolver el golpe con mayor violencia, acumular todo lo que podamos para nosotros mismos, y hacer lo mínimo mientras esperamos o nos sentimos con derecho a la máxima retribución.

Vivir el Sermón de la Montaña no tiene sentido... hasta que miramos a la cruz, nuestro signo de gracia y salvación. - jc