May God grant us pardon and peace | que Dios nos conceda el perdón y la paz

Hebrews 4:1-5, 11; Mark 2:1-12

“Who but God alone can forgive sins?”  This question that the skeptical and outraged scribes asked of Jesus is asked today by those who are skeptical about the Sacrament of Penance.  Many assert that they don’t want or need a human being to forgive their sins. They can go directly to God.  That’s true.  However, it also betrays a lack of knowledge and appreciation for the sacrament.

When I go to confession, I’m doing much more than asking for God’s forgiveness.  Through ritual, I remind myself that I’m a sinner in need of God’s grace. I admit it to someone I trust and ask his help to avoid sin. I acknowledge that my sins harm not only my relationships with God and individuals but also with the community and the church.  I ask the Church, through the priest, to pray for me.  Finally, I am relieved of the spiritual and emotional burdens of sin.

When the priest says the prayer of absolution he very clearly says, “Through the ministry of the Church, may God grant you pardon and peace….” In pronouncing absolution, he trusts in God’s grace to do for me what I can’t do for myself.

Thank you, Lord, for the Sacrament of Penance.  Help me to make it a regular spiritual practice. jc

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------

15 de enero de 2021

Viernes de la primera semana en tiempo ordinario

Hebreos 4:1-5, 11; Marcos 2:1-12

"¿Quién sino sólo Dios puede perdonar los pecados?"  Esta pregunta que los escépticos e indignados escribas le hicieron a Jesús, la hacen hoy los escépticos del Sacramento de la Penitencia.  Muchos afirman que no quieren o necesitan un ser humano para perdonar sus pecados. Pueden ir directamente a Dios.  Eso es cierto.  Sin embargo, también traiciona la falta de conocimiento y aprecio por el sacramento.

Cuando me confieso, hago mucho más que pedir el perdón de Dios.  A través del ritual, me recuerdo a mí mismo que soy un pecador que necesita la gracia de Dios. Lo admito ante alguien en quien confío y le pido ayuda para evitar el pecado. Reconozco que mis pecados no sólo dañan mis relaciones con Dios y los individuos, sino también con la comunidad y la iglesia.  Le pido a la Iglesia, a través del sacerdote, que rece por mí.  Finalmente, me siento aliviado de las cargas espirituales y emocionales del pecado.

Cuando el sacerdote dice la oración de absolución dice muy claramente, "A través del ministerio de la Iglesia, que Dios te conceda el perdón y la paz...." Al pronunciar la absolución, confía en la gracia de Dios para hacer por mí lo que no puedo hacer por mí mismo.

Gracias, Señor, por el Sacramento de la Penitencia.  Ayúdame a convertirlo en una práctica espiritual regular. jc