Nothing and Everything | Nada y Todo

St. John Bosco (+1888)
2 Samuel 15:13-14, 30, 16:5-13; Mark 5:1-20

“What have you to do with me?”

It was a cry of anguish and opposition from a man possessed.

Jesus answered, “Nothing…and everything!”

Jesus had no common interest with the devil or evil, but he had a vital interest in people and their suffering. He wanted to alleviate that suffering and to reveal God’s power over sin and death.

Suffering can be the result of our mortality and sin. (Have you ever had a hangover?) David suffered betrayal and humiliation by his own son and others because of his abuses of power. He hoped that God would someday have mercy on him.

At other times, our suffering is undeserved. The swineherds and people of the Gerasene territory suffered the loss of 2000 pigs when Jesus drove Legion out of the man. Their losses were “collateral damage.” It’s no wonder that, while they had seen a miracle, they begged Jesus to leave them.

God is with us in our suffering, regardless of its causes, how we experience it, or how we understand it. God also asks us to compassionately accompany others in their suffering and, following the example of Jesus, to do what we can to alleviate it.

St. John Bosco, the founder of the Salesians, saw many young people in Turin, Italy suffering from poverty, social instability, and ignorance. He created schools and programs to provide meaning and opportunities for them and their children.

What do we have to do with the evils we face today? Nothing…and everything. - jc

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San Juan Bosco (+1888)
2 Samuel 15:13-14, 30, 16:5-13; Marcos 5:1-20

"¿Qué tienes que hacer conmigo?"

Era un grito de angustia y oposición de un hombre poseído.

Jesús respondió: "Nada... y todo".

Jesús no tenía ningún interés común con el diablo o el mal, pero tenía un interés vital en la gente y su sufrimiento. Quería aliviar ese sufrimiento y revelar el poder de Dios sobre el pecado y la muerte.

El sufrimiento puede ser el resultado de nuestra mortalidad y del pecado. (¿Has tenido alguna vez una resaca?) David sufrió la traición y la humillación de su propio hijo y de otros por sus abusos de poder. Esperaba que Dios se apiadara de él algún día.

Otras veces, nuestro sufrimiento es inmerecido. Los porqueros y la gente del territorio de Gerasene sufrieron la pérdida de 2000 cerdos cuando Jesús expulsó a la Legión del hombre. Sus pérdidas fueron "daños colaterales". No es de extrañar que, a pesar de haber visto un milagro, rogaran a Jesús que los dejara.

Dios está con nosotros en nuestro sufrimiento, independientemente de sus causas, de cómo lo experimentemos o de cómo lo entendamos. Dios también nos pide que acompañemos compasivamente a los demás en su sufrimiento y que, siguiendo el ejemplo de Jesús, hagamos lo que podamos para aliviarlo.

San Juan Bosco, fundador de los Salesianos, vio que muchos jóvenes de Turín (Italia) sufrían la pobreza, la inestabilidad social y la ignorancia. Creó escuelas y programas para darles sentido y oportunidades a ellos y a sus hijos.

¿Qué tenemos que ver nosotros con los males a los que nos enfrentamos hoy? Nada... y todo. - jc