Real Disorder | Desorden Real

Wednesday of the 21st Week in Ordinary Time

2 Thessalonians 3:6-10, 16-18; Matthew 23:27-32

There is a lot in the news these days about disorder in our streets and the need for “law and order.” We tend to like simple solutions, but they usually can’t be imposed on complex problems. When they are, the peace we buy is often temporary. The underlying problems that provoked the disorder are not addressed, and it’s only a matter of time before more and often worse disorder erupts.

Paul encouraged the church in Thessalonica to police itself. Steady and purposeful work and attention to the gospel he preached would serve the community better than idle speculation or anxious obsession about the end times. 

Jesus addressed another kind of disorder: the hypocritical dissonance between what the religious leaders of his day professed and proclaimed and what they did. Whitewashed or not, he assured them, a tomb was still a tomb.  

Real and lasting law and order isn’t a matter of policing. It’s rooted in integrity and justice, and those will not exist in a society unless they exist in our hearts. 

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Miércoles de la 21ª semana en tiempo ordinario

2 Tesalonicenses 3:6-10, 16-18; Mateo 23:27-32

Hay mucho en las noticias estos días sobre el desorden en nuestras calles y la necesidad de "ley y orden". Nos gustan las soluciones simples, pero no se pueden imponer a los problemas complejos. Cuando lo son, la paz que compramos es a menudo temporal. Los problemas subyacentes que provocaron el trastorno no se abordan, y es sólo cuestión de tiempo antes de que estalle un trastorno más y a menudo peor.

Pablo animó a la iglesia de Tesalónica a vigilarse a sí misma. El trabajo constante y decidido y la atención al evangelio que predicaba servirían a la comunidad mejor que la especulación o la obsesión ansiosa por el fin de los tiempos. 

Jesús se dirigió a otro tipo de desorden: la hipócrita disonancia entre lo que los líderes religiosos de su época profesaban y proclamaban y lo que hacían. Blanqueado o no, les aseguró, una tumba sigue siendo una tumba.  

La ley y el orden real y duradero no es una cuestión de policía. Está arraigada en la integridad y la justicia, y esas no existirán en una sociedad a menos que existan en nuestros corazones. 

 - Capuchin Friar John Celichowski