Salvation History Unfolding

December 24, 2020

2 Samuel 7:1-5, 8b-12, 14a, 16; Luke 1:67-79

Even though today is Christmas Eve, our readings are designed to squeeze the last drops out of the Advent season. They help us to remember what God has done, and they also tell us that God is still at work in our world.  Salvation history is still unfolding.

In our first reading, after settling onto his throne and at the peak of his power, David decides to build a temple for God in Jerusalem. God, however, has other ideas and reminds David of all that God has done for him.  In a world where kings set the agenda for relationships, God wants David to know who is still in charge.  Further, God promises that one of David’s descendants will be a son to him and rule forever on his throne.

We believe that God’s promises were ultimately fulfilled in Jesus.  In his song of praise, Zechariah saw his son John as the prophet who would prepare the way for the Christ, the light who would “shine on those who dwell in darkness and the shadow of death, and…guide our feet into the way of peace.”

The kingdom of God that Jesus proclaimed is already among and within us (Luke 17:21), and we await its fulfillment at the end of time.   One of the things we remember at Christmas is how quietly and humbly Jesus entered our world: as an infant born in a small town and a place more fitting for animals than human beings.  Then again, God has never needed a house to dwell in. jc

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

24 de diciembre de 2020

2 Samuel 7:1-5, 8b-12, 14a, 16; Lucas 1:67-79

Aunque hoy es Nochebuena, nuestras lecturas están diseñadas para exprimir las últimas gotas de la temporada de Adviento.  Nos ayudan a recordar lo que Dios ha hecho, y también nos dicen que Dios sigue trabajando en nuestro mundo.   La historia de la salvación sigue desarrollándose.

En nuestra primera lectura, después de establecerse en su trono y en la cima de su poder, David decide construir un templo para Dios en Jerusalén.  Dios, sin embargo, tiene otras ideas y le recuerda a David todo lo que Dios ha hecho por él.  En un mundo donde los reyes establecen la agenda de las relaciones, Dios quiere que David sepa quién sigue al mando.  Además, Dios promete que uno de los descendientes de David será un hijo para él y gobernará para siempre en su trono.

Creemos que las promesas de Dios se cumplieron finalmente en Jesús.  En su canción de alabanza, Zacarías vio a su hijo Juan como el profeta que prepararía el camino para el Cristo, la luz que "brillaría sobre los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, y... guiaría nuestros pies por el camino de la paz".

El reino de Dios que Jesús proclamó ya está entre nosotros y dentro de nosotros (Lucas 17:21), y esperamos su cumplimiento al final de los tiempos.   Una de las cosas que recordamos en Navidad es lo silencioso y humilde que Jesús entró en nuestro mundo: como un niño nacido en un pequeño pueblo y un lugar más apropiado para los animales que para los seres humanos.  Por otra parte, Dios nunca ha necesitado una casa en la que habitar. jc