Seeds, Soil and Harvest | Semillas, Suelo y Cosecha

(St. Januarius)

1 Corinthians 15:35-37, 42-49; Luke 8:4-15

We are in the middle of harvest time in many parts of the USA. On August 12, the U.S. Department of Agriculture (USDA) released its crop forecast for this fall. The department predicted that corn production would be up 12% from last year, while soybean production would rise by 25%. By contrast, winter wheat production would decline by 9%.  

We know that whether a seed will become a productive plant or tree depends on a host of factors. What is planted and what is harvested are related but they are different. So it is, St. Paul reminds us, with our lives on earth and after our deaths and resurrection. While on earth, we live with bodies that are very mortal and prone to sin. We all know what they look like! By contrast, Paul describes some of the characteristics of our risen bodies: incorruptible, glorious, powerful, spiritual. Exactly what those bodies look like we can only see with the eyes of faith and hope. 

In the meantime, we also must consider the quality of our spiritual soil in receiving God’s word. Is it hardened and impenetrable, shallow, or crowded out by anxieties and worldly preoccupations? We pray that it is well-tilled by penance and works of mercy, watered by grace, and bathed in the light of prayer, reflection, and study. As disciples of Jesus, we can’t afford to let our faith go to seed. 

***

(San Jenaro)

1 Corintios 15:35-37, 42-49; Lucas 8:4-15

Estamos en medio de la época de la cosecha en muchas partes de los Estados Unidos.  El 12 de agosto, el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA) publicó su pronóstico de cosecha para este año. El departamento predijo que la producción de maíz aumentaría un 12% con respecto al año pasado, mientras que la producción de soja aumentaría un 25%. Por el contrario, la producción de trigo de invierno disminuiría en un 9%.  

Sabemos que el hecho de que una semilla se convierta en una planta o árbol productivo depende de una serie de factores. Lo que se planta y lo que se cosecha están relacionados, pero son diferentes. Así es, nos recuerda San Pablo, con nuestras vidas en la tierra y después de nuestras muertes y resurrección. Mientras estamos en la tierra, vivimos con cuerpos que son muy mortales y propensos al pecado. ¡Todos sabemos cómo se ven! Por el contrario, Pablo describe algunas de las características de nuestros cuerpos resucitados: incorruptibles, gloriosos, poderosos, espirituales. Exactamente como se ven esos cuerpos sólo podemos ver con los ojos de la fe y la esperanza.  

Mientras tanto, también debemos considerar la calidad de nuestro suelo espiritual al recibir la palabra de Dios. ¿Está endurecido e impenetrable, es superficial o está lleno de ansiedades y preocupaciones mundanas? Rezamos para que sea bien cultivado por la penitencia y las obras de misericordia, regado por la gracia y bañado por la luz de la oración, la reflexión y el estudio. Como discípulos de Jesús, no podemos permitirnos dejar que nuestra fe se vaya a la semilla. 

 - Capuchin Friar John Celichowski, OFM Cap.