Seeing Clearly | Viendo Claramente

Wednesday of the 6th Week in Ordinary Time
James 1:19-27; Mark 8:22-26

Seeing more clearly is often a process, not an event.

When Jesus heals the blind man in today’s gospel reading, it takes some time. People bring the man to Jesus, and he begs Jesus’ help. The Lord takes him outside the village and smears his eyes with saliva. The man can see, but only partially. It’s only when Jesus touches his eyes again that he sees clearly.

Jesus then sends him home, admonishing him to avoid going back into the village. It’s the Lord’s attempt to preserve the “messianic secret” that is a principal element in the Gospel of Mark: the revelation of Jesus as the Christ was also a process, not an event.

Conversion—living more clearly in the reign of God and acting more clearly like Jesus—is also a process. In our first reading, James gives us some practical advice on habits to develop: speak less, listen more, check our anger, set aside things that degrade us, welcome God’s word already in us, and serve those who are most vulnerable.

Ash Wednesday is two weeks away. Now is a terrific opportunity to consider what we can do to deepen our conversion and open our hearts and minds to God’s grace. - jc 

----------------------------------------------------------------------------------------

Miércoles de la 6ª semana del tiempo ordinario
Santiago 1,19-27; Marcos 8,22-26

Ver más claramente es a menudo un proceso, no un acontecimiento.

Cuando Jesús cura al ciego de la lectura del Evangelio de hoy, tarda algún tiempo. La gente lleva al hombre a Jesús y éste le suplica ayuda. El Señor lo lleva fuera del pueblo y le unta los ojos con saliva. El hombre puede ver, pero sólo parcialmente. Sólo cuando Jesús le toca de nuevo los ojos, ve con claridad.

Jesús lo manda a casa, advirtiéndole que no vuelva a la aldea. El intento del Señor de preservar el "secreto mesiánico" es un elemento principal del Evangelio de Marcos: la revelación de Jesús como el Cristo fue también un proceso, no un acontecimiento.

La conversión -vivir más claramente en el reino de Dios y actuar más claramente como Jesús- también es un proceso. En nuestra primera lectura, Santiago nos da algunos consejos prácticos sobre los hábitos que debemos desarrollar: hablar menos, escuchar más, controlar nuestra ira, dejar de lado las cosas que nos degradan, acoger la palabra de Dios que ya está en nosotros y servir a los más vulnerables.

Faltan dos semanas para el Miércoles de Ceniza. Ahora es una gran oportunidad para considerar qué podemos hacer para profundizar en nuestra conversión y abrir nuestros corazones y mentes a la gracia de Dios. - jc