The apple doesn’t fall far from the tree | La manzana no cae lejos del árbol

Memorial of St. Fidelis of Sigmaringen, Capuchin

Acts 12:24-13:5a; John 12:44-50

“The apple,” an old proverb assures us, “doesn’t fall far from the tree.”  It’s based on the observation that children often take on the traits of their parents.  In today’s gospel reading, Jesus makes a similar point about his relationship with the Father: “Whoever believes in me believes not only in me but also in the one who sent me….So what I say, I say as the Father told me.”

The conviction that Jesus revealed God and God’s will to the world that impelled the apostles to be missionaries.

What a difference a week makes!  Last Wednesday’s first reading (Acts 8:1b-8) featured Saul going house to house persecuting and imprisoning the followers of Jesus. Following his dramatic conversion on the road to Damascus, Saul is now entrusted to join Barnabas in proclaiming the gospel in the synagogues of Salamis.

Saul was utterly transformed by a personal encounter with the Lord. In the light that knocked him down and temporarily blinded him, Saul also came to a new vision, one so strong that it carried him to many places, sustained him in many hardships, and eventually brought him to martyrdom in Rome.  That same vision enabled St. Fidelis to give his life for the faith fifteen centuries later.

We pray that we may remain close to our tree of life, Jesus, and bear fruit in lives of missionary discipleship. jc

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24 abril 2024

Memoria de San Fidel de Sigmaringen, Capuchino

Hechos 12:24-13:5a; Juan 12:44-50

"La manzana", nos asegura un viejo proverbio, "no cae lejos del árbol".  Se basa en la observación de que los hijos suelen adoptar los rasgos de sus padres.  En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús hace una observación similar sobre su relación con el Padre: "El que cree en mí, no sólo cree en mí, sino también en el que me envió.... Así que lo que digo, lo digo como me lo dijo el Padre". La convicción de que Jesús revelaba a Dios y la voluntad de Dios al mundo impulsó a los apóstoles a ser misioneros.

¡Qué diferencia hace una semana!  La primera lectura del miércoles pasado (Hch 8,1b-8) presentaba a Saulo yendo de casa en casa persiguiendo y encarcelando a los seguidores de Jesús. Tras su dramática conversión en el camino de Damasco, Saulo recibe el encargo de unirse a Bernabé para proclamar el Evangelio en las sinagogas de Salamina.

El encuentro personal con el Señor transformó por completo a Saulo. En la luz que lo derribó y lo cegó temporalmente, Saulo también tuvo una nueva visión, tan fuerte que lo llevó a muchos lugares, lo sostuvo en muchas dificultades y finalmente lo llevó al martirio en Roma.  Esa misma visión permitió a San Fidel dar su vida por la fe quince siglos después.

Rezamos para que podamos permanecer cerca de nuestro árbol de la vida, Jesús, y dar fruto en vidas de discipulado misionero. jc

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