The Glory of God in Creation | La Gloria de Dios en la Creación

Tuesday of the 28th Week in Ordinary Time
Romans 1:16-25; Psalm 19:2-5; Luke 11:37-41

A few weeks ago, I received what could be called a “bucket list bonus:” an experience that should have been on my “bucket list” but which the Lord allowed me to have anyway. I observed the rising of a full moon. I had never witnessed it before, and it was magnificent.

It only took a couple of minutes, but it reminded me of today’s responsorial: “The heavens proclaim the glory of God.” (The psalmist was speaking specifically of the sun, but the moon reflects its light.)

In today’s first reading, St. Paul is unsparing in his condemnation of those who resist God’s revelation. It is especially plain, he maintains, in our natural world and natural law. However, human vanity, worldly wisdom, and desires have obscured people’s moral vision, to their detriment.

Jesus finds a similarly deceptive wisdom at work in the Pharisee who is offended that he doesn’t perform the prescribed purification rituals before dining. He decries the dissonance between external scrupulosity and his inner corruption.

Just as creation reveals God’s wisdom and glory, so our thoughts, words, and actions should reveal God at work in us. - jc

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Martes de la 28ª semana del tiempo ordinario
Romanos 1,16-25; Salmo 19,2-5; Lucas 11,37-41

Hace unas semanas, recibí lo que podría llamarse una "bonificación de la lista de deseos": una experiencia que debería haber estado en mi "lista de deseos", pero que el Señor me permitió tener de todos modos. Observé la salida de la luna llena. Nunca lo había presenciado antes, y fue magnífico.

Sólo duró un par de minutos, pero me recordó el responsorio de hoy: "Los cielos proclaman la gloria de Dios". (El salmista hablaba específicamente del sol, pero la luna refleja su luz).

En la primera lectura de hoy, San Pablo es implacable en su condena de los que se resisten a la revelación de Dios. La revelación de Dios es una de las más evidentes, sostiene, en nuestro mundo natural y en la ley natural. Sin embargo, la vanidad humana, la sabiduría mundana y los deseos han oscurecido la visión moral de la gente, en su detrimento.

Jesús encuentra una sabiduría igualmente engañosa en el fariseo que se ofende por no realizar los rituales de purificación prescritos antes de cenar. Denuncia la disonancia entre la escrupulosidad exterior y su corrupción interior.

Así como la creación revela la sabiduría y la gloria de Dios, nuestros pensamientos, palabras y acciones deberían revelar a Dios actuando en nosotros. - jc