True Hospitality | La verdadera hospitalidad

Memorial of St. Agatha

Hebrews 13:1-8; Mark 6:14-29

There is a difference between hospitality and inviting others to share in your self-indulgence. The author of the Letter to the Hebrews places his exhortation to exercise hospitality among others that urge us to be attentive and supportive in a variety of relationships: with people who are imprisoned or ill-treated, with spouses, and even with money.

Herod, by contrast, exercised what might be called narcissistic hospitality.  He had John the Baptist imprisoned because John pointed out his sin.  He threw a birthday party for himself.  His lavish promises to Herodias’ daughter were designed to impress his guests as much as to reward her for her dance.  In the end, he had John beheaded because John’s life was worth less than his pride and public image.

True hospitality is an act of self-giving and self-sacrifice, not self-indulgence.  It feeds others, not the host’s ego.  It expresses care for others and contempt for no one.  We pray for the grace to grow in the virtue of hospitality—in our homes, our communities, and our Church. jc

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Memoria de Santa Ágata

Hebreos 13:1-8; Marcos 6:14-29

Hay una diferencia entre la hospitalidad y el invitar a otros a compartir su auto-indulgencia.  El autor de la Carta a los Hebreos sitúa su exhortación a ejercer la hospitalidad entre otras que nos instan a estar atentos y a apoyarnos en una variedad de relaciones: con personas encarceladas o maltratadas, con cónyuges, e incluso con dinero.

Herodes, por el contrario, ejerció lo que podría llamarse hospitalidad narcisista.  Hizo que encarcelaran a Juan el Bautista porque Juan señaló su pecado.  Organizó una fiesta de cumpleaños para él mismo.  Sus lujosas promesas a la hija de Herodías estaban diseñadas para impresionar a sus invitados tanto como para recompensarla por su baile.  Al final, hizo decapitar a Juan porque la vida de Juan valía menos que su orgullo y su imagen pública.

La verdadera hospitalidad es un acto de entrega y sacrificio, no de autocomplacencia.  Alimenta a los demás, no al ego del anfitrión.  Expresa el cuidado por los demás y el desprecio por nadie.  Rezamos para que la gracia crezca en la virtud de la hospitalidad, en nuestros hogares, nuestras comunidades y nuestra Iglesia. jc