Two Kinds of Mercy | Dos Tipos de Misericordia

Monday of the 23rd Week in Ordinary Time

1 Corinthians 5:1-8; Luke 6:6-11

It’s hard to think of excommunication as a form of mercy. Yet St. Paul recommended, even commanded it in a case of scandal in the church of Corinth: a man living in an incestuous union with his stepmother. Paul was concerned that their tolerance of such an open, obvious, and profound immorality undermined the spiritual and moral integrity of the community.  

Paul’s purpose, however, was not merely punitive and purgative. He hoped that the excommunication might also offer the chance for repentance and reconciliation.  

Jesus also seemed to see the necessity of excommunication in some cases (see, e.g., Matthew 18:15-20). But he far more often employed the medicine of mercy, even when it went against rigid applications of the law and offended the self-righteous sensibilities of those who considered themselves the guardians of the law.  

As this pandemic has reminded us, treating physical disease in individuals and communities is an art as well as a science. It demands that we engage our hearts as well as our minds, as well as the virtues of prudence, wisdom, knowledge, and love. Treating spiritual diseases is similarly challenging…and necessary. 

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Lunes de la 23ª semana en tiempo ordinario

1 Corintios 5:1-8; Lucas 6:6-11

Es difícil pensar en la excomunión como una forma de misericordia. Sin embargo, San Pablo lo recomendó, incluso lo ordenó en un caso de escándalo en la iglesia de Corinto: un hombre que vivía en una unión incestuosa con su madrastra. A Pablo le preocupaba que su tolerancia hacia una inmoralidad tan abierta, obvia y profunda socavara la integridad espiritual y moral de la comunidad.  

El propósito de Pablo, sin embargo, no era meramente punitivo y purgativo. Esperaba que la excomunión también ofreciera la oportunidad de arrepentimiento y reconciliación.  

Jesús también parecía ver la necesidad de la excomunión en algunos casos (véase, por ejemplo, Mateo 18:15-20). Pero empleó con mucha más frecuencia la medicina de la misericordia, incluso cuando iba en contra de las aplicaciones rígidas de la ley y ofendía la sensibilidad santurrona de quienes se consideraban los guardianes de la ley.  

Como nos ha recordado esta pandemia, el tratamiento de las enfermedades físicas en los individuos y las comunidades es tanto un arte como una ciencia. Exige que nos comprometamos con nuestros corazones así como con nuestras mentes, así como con las virtudes de la prudencia, la sabiduría, el conocimiento, y el amor. El tratamiento de las enfermedades espirituales es igualmente desafiante... y necesario. 

 - Capuchin Friar John Celichowski, OFM Cap.