Two Traps | Dos Trampas

(St. Denis, Bishop and Martyr)

(St. John Leonardi, Priest)

Galatians 3:7-14; Luke 11:15-26

St. Paul saw dependence of the works of the law for our justification and salvation as a no-win proposition. His basic argument was this:

To be justified by works of the law one must perfectly observe the law.

None of us is capable of perfect observance of the law.

Therefore, none of us can be justified by works of the law.

The only way to avoid the trap of the law, Paul concluded, is to not step into it and instead put our faith in God and God’s grace.  

Jesus faced a different trap from his skeptics. They wanted to discredit him by claiming that his power to cast out demons came from “Beelzebul, the prince of demons.” Jesus challenged the illogic of their claims using the metaphor of a divided and doomed kingdom. He challenged them to see instead the hand of God at work in their midst. It is our awareness of God’s presence and power that not only helps us to “clean house” but also to guard against the spiritual complacency that makes us vulnerable to the powers of darkness.

***

(San Denis, Obispo y Mártir)

(San Juan Leonardi, Sacerdote)

Gálatas 3:7-14; Lucas 11:15-26

San Pablo vio la dependencia de las obras de la ley para nuestra justificación y salvación como una proposición sin salida. Su argumento básico era este:

(1) Para ser justificado por las obras de la ley uno debe observar perfectamente la ley.

(2) Ninguno de nosotros es capaz de observar perfectamente la ley.

(3) Por lo tanto, ninguno de nosotros puede ser justificado por las obras de la ley.

La única manera de evitar la trampa de la ley, concluyó Pablo, es no entrar en ella y en su lugar poner nuestra fe en Dios y en la gracia de Dios.  

Jesús se enfrentó a una trampa diferente a la de sus escépticos. Querían desacreditarlo afirmando que su poder para expulsar demonios provenía de "Belcebú, el príncipe de los demonios". Jesús desafió la ilógica de sus afirmaciones usando la metáfora de un reino dividido y condenado. Los desafió a ver en su lugar la mano de Dios trabajando en su medio. Es nuestra conciencia de la presencia y el poder de Dios lo que no sólo nos ayuda a "limpiar la casa", sino también a protegernos de la complacencia espiritual que nos hace vulnerables a los poderes de la oscuridad.

- Capuchin Friar John Celichowski, OFM Cap.