What time is it? | ¿Qué hora es?

Friday of the 25th Week in Ordinary Time

Ecclesiastes 3:1-11; Luke 9:18-22

Earlier this month, my travel plans were interrupted by a dense fog that enveloped the airport in Santa Barbara (SBA). As he apologized for the flight delays and missed connections, our gate agent tried to reassure passengers, “This only happens once or twice a year.”  

“Just my luck,” I thought as I was rebooked on alternative flights that lengthened my journey by six hours. But it was pointless to complain. The fog was “an act of God.” It happened when it happened.

The author of Ecclesiastes observes that “There is an appointed time for everything….”  This doesn’t mean that we are just mindless pieces in a cosmic chess game. But it also reminds us that there is much in our lives that we cannot predict or control. But we have choices about how we will respond to them, and the who, what, where, when, and how require humility and wisdom. Humility, because we are mortal and fallible. Wisdom, because we want to do the right things for the right reasons.

Jesus, the Son of Man, faced his own “appointed time” in Jerusalem and ultimately on Calvary. He responded with humility and wisdom, as well as courage, determination, and faith. We hope to do the same. 

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Viernes de la 25ª semana en tiempo ordinario

Eclesiastés 3:1-11; Lucas 9:18-22

A principios de este mes, mis planes de viaje fueron interrumpidos por una densa niebla que envolvió el aeropuerto de Santa Bárbara (SBA). Mientras se disculpaba por los retrasos de los vuelos y las conexiones perdidas, nuestro agente de puerta intentó tranquilizar a los pasajeros, "Esto sólo pasa una o dos veces al año".  

"Qué suerte la mía", pensé mientras me cambiaban la reserva en vuelos alternativos que alargaban mi viaje en seis horas. Pero no tenía sentido quejarse. La niebla era "un acto de Dios". Ocurrió cuando ocurrió.

El autor de Eclesiastés observa que "Hay un tiempo señalado para todo..." Esto no significa que seamos sólo piezas en juego de ajedrez cósmico. Pero también nos recuerda que hay mucho en nuestras vidas que no podemos predecir o controlar. Pero tenemos opciones sobre cómo responderemos a ellas, y el quién, qué, dónde, cuándo y cómo requieren de humildad y sabiduría. Humildad, porque somos mortales y falibles.  Sabiduría, porque queremos hacer las cosas correctas por las razones correctas.

Jesús, el Hijo del Hombre, enfrentó su propio "tiempo señalado" en Jerusalén y finalmente en el Calvario. Respondió con humildad y sabiduría, así como con coraje, determinación y fe. Esperamos hacer lo mismo. 

- Capuchin Friar John Celichowski, OFM Cap.